viernes, 4 de junio de 2010

No pierdas tu autoridad


Berrinches, pataletas, gritos... mucho se puede evitar si detectamos y enseñamos a tiempo quién es la autoridad en la casa. Son monísimos y muy activos, pero si pierden el control de manera continua, eventualmente también hará perder el control a los mayores, por no saber manejar la situacion. Afortunadamente bbmundo.com nos presenta un artículo que trata este tema.


Perdiendo la autoridad en un instante



Si tu hijo o hija no te escucha, ignora las indicaciones que le das y hace justo lo contrario a lo que pides, ha llegado el momento de tomar las riendas de su educación y reconocer que necesitas reforzar tu autoridad.


Tener autoridad va más allá de obligar, presionar, mandar o imponer de manera arbitraria. De hecho, etimológicamente esta palabra significa “ayudar a crecer”.

A continuación conocerás las 5 situaciones por la que los padres generalmente pierden el respeto y la confianza de sus hijos en un dos por tres.


1. Lucha de poder
Si eres de los que discute la mayor parte del tiempo con tu hijo, desde cómo debe vestir hasta lo que debe comer, estás cayendo en un juego interminable. ¿Quién es el adulto?

Recuerda que necesitas ser un guía de tu hijo. Si percibe que tus indicaciones son dadas como resultado de tu estado de ánimo, menos te hará caso o quizá lo haga sólo por miedo.

2. Indicaciones ilógicas
Los niños tienen la necesidad de saber qué se espera de ellos, cuáles conductas serán aprobadas por sus figuras de autoridad y cuáles no.

Dale indicaciones claras y concisas. Evita decirle cosas como “Te pedí que recogieras los juguetes y te lavaras los dientes. ¿Ya fuiste a la cocina a dejar tu plato y tu vaso para lavarlo, y tirar la basura?”. Apenas empieza a asimilar la primera situación cuando tú ya estás en la quinta. Realmente no funciona.

3. Falta de perseverancia
Es común que demos indicaciones pero no nos cercioremos si el niño las comprendió o no.

Si permites que tu hijo pase por alto tus órdenes, le transmitirás la idea de que lo que dices no tiene importancia.

4. Preguntar
“¿Por qué te portas mal conmigo?”, “¿Cuántas veces tengo que decirte que recojas tus juguetes?”… Ante este tipo de preguntas, los niños no tienen respuesta, ya que apenas están aprendiendo a distinguir sus emociones y reacciones.

Por otro lado, este tipo de enunciados en forma de pregunta reflejan inseguridad por parte de los padres. ¿Tú confiarías en alguien inseguro?

5. Violencia
Este tipo de acciones sólo hacen que los niños se alejen de los padres, ya que los hacen sentir rechazados, temerosos y, lo que es peor, no amados.

La disciplina a través de la violencia tarde o temprano conlleva heridas profundas en el niño y tiende a reproducirse en su vida adulta.

Para que tu hijo o hija respete siempre tu autoridad, sé consistente y demuéstrale que sus acciones tienen consecuencias tanto positivas como negativas en su propia vida.

No esperes que de la noche a la mañana se comporte como un adulto, pero asegúrate de ser una verdadera figura de autoridad que le brinde seguridad y confianza.

No hay comentarios: