miércoles, 18 de mayo de 2011

Esas idas al doctor

Su hij@ está enferm@, hay que ir al doctor inevitablemente, pero en cuanto pregunta a dónde van y le contestan que al doctor, se desata el llanto y el temor. No parece haber una manera de calmarl@ y entre llantos, gritos desaforados y pataletas, por fin es subido al vehículo y en el larguísimo camino a la consulta, su hij@ no hace más que sufrir y usted con él. Algunos padres se pueden sentir frustrados por no poder evitar ésta situación. En seguridadinfantil24x7 nos preocupamos por l@s pequeñ@s y los padres, así que gracias a pbs.org podemos compartir un gran artículo muy útil en estos casos:

¿Cómo hablar con l@s niñ@s sobre la salud?

¿Corren sus hijos lejos cuando usted dice: "Es hora de ir al doctor"? ¿Tiene usted que perseguirlos y se pregunta si hay alguna otra manera de hacer más fácil la ida al doctor?

Los pediatras, los dentistas, los médicos de cabecera y los psicólogos recomiendan algunas estrategias básicas de comunicación que permiten preparar a los niños para una visita, como las siguientes: Sea breve. Sea positivo. Sea juguetón. Sea honesto de acuerdo con la edad del niño. Asuma el control. Y manténgase en calma.

El hablar mucho por adelantado sobre la ida al doctor o al dentista no es algo realmente recomendable. "Usted tiene que ver la señal o reacción del niño, pero mientras más la discuta, más complicado se puede convertir el asunto", observa la Dra. Kathie Teets Grimm, Profesora Asociada de Pediatría en el Centro de Defensa en pro de la Niñez de Manhattan (Associate Professor of Pediatrics at the Children's Advocacy Center of Manhattan). A los niños se les debe preparar brevemente si van a pasar por un procedimiento doloroso. Sin embargo, usted podría tocar el asunto muy brevemente de camino al consultorio médico evitando así que su hijo tenga que vivir previamente una experiencia dolorosa.


Los dentistas pediátricos, como el Dr. David Levine de la Ciudad de Nueva York, hace un análisis similar. "La memoria de los padres no concuerda con la realidad de los niños de hoy. Un padre puede entrar y decir que su hijo está asustado de ir al dentista, pero en realidad es el padre quien está asustado. La odontología ha cambiado con los años de manera muy positiva. Los niños pueden estar seguros por adelantado de que las visitas al dentista serán cómodas y placenteras."

Los siguientes consejos pueden ayudarle a usted y a su hijo a sentirse mejor respecto a las visitas al doctor, al dentista e
incluso al hospital. La mayoría de estas estrategias van dirigidas a niños menores de 8 años. Sin embargo, los principios se aplican a niños de todas las edades (e incluso a los padres) quienes pueden tener temor de la visita.


Trate estos consejos para preparar a los niños y conseguir que salgan de la casa sin mayor problema:

* Sea breve. El hablar mucho o en forma demasiado explícita sólo puede hacer que el niño se asuste. Infórmele al niño pequeño que van a ver al doctor o al dentista, la mañana de la visita, o aún mejor, en el camino. A un niño mayor se le puede preparar desde la víspera, pero mantenga la conversación breve.

* No se centre en el dolor por adelantado. Muchos niños ya asocian las idas al doctor con el hecho de que les pondrá una inyección. Si usted le dice al niño (con la mejor intención): "Vas a ir al doctor (o al dentista) y te prometo que no te dolerá", esta expresión solamente reforzará la asociación entre el dolor y el doctor.

* Sea honesto. Si usted dice al niño que no le van a poner una inyección, pero luego sí se la ponen, entonces él se sentirá engañado. Él puede en consecuencia oponerse a ir al doctor la siguiente vez. Si su niño pregunta, usted podría decir: "No sé si te pondrán una inyección. Si lo hace, sentirás solamente como un pequeño pellizco".

* Describa lo qué le puede suceder. Si su hijo pregunta: "¿Me dolerá?", respóndale de manera apropiada a su edad, pero no mienta. El dolor imaginado puede lastimar más que la realidad, porque provoca gran ansiedad. Usted le puede decir: "No sé. Le preguntaremos al doctor tan pronto lleguemos a su consultorio". (Para las explicaciones específicas, consulte el Diccionario Médico para Niños).

* Adopte una actitud de ofrecer consuelo y tranquilidad. Recuerde a los niños, cualquiera que sea su edad, que usted estará allí para consolarlos. Deje que su hijo le hable de sus temores. Ofrézcale una perspectiva con declaraciones del tipo: "Yo sé que puedes estar asustado. El doctor te ayudará a que te sientas mejor o vamos al doctor para que nos diga ¡qué tan sano estás!". Usted podría mostrarle al niño su cartilla de crecimiento o el registro que lleva el doctor para demostrarle su crecimiento.

* No negocie el hecho de ir a ver al doctor. Si usted deja que la cita se convierta en objeto de una negociación, usted podría ver que esta escena se presenta repetidamente. Si su hijo se niega a ir, reconozca sus sentimientos, pero separe el sentimiento de lo que es el comportamiento del niño. Usted podría plantearlo así: "Entiendo que tú no quieras ir al médico, solamente que eso no cambia el hecho de que tenemos que hacerlo ahora mismo".

* Ofrezca incentivos en vez de recompensas. Los doctores reconocen que muchos padres utilizan el soborno para conseguir que los niños acepten salir de casa, pero la mayoría recomienda seriamente que los padres NO basen las recompensas en el buen comportamiento. "Al decir: 'no grites' o 'si tu te portas bien con el doctor, le compraré un juguete', se crea una expectativa irreal," dice el Dr. Benjamin Kligler. "Puesto que es probable que su hijo se comporte mal en el consultorio del doctor o que llore, el decirle que no lo haga solamente puede frustrar a su hijo y a usted." En cambio, el Dr. Kligler le sugiere que le ofrezca un incentivo como por ejemplo, hacer alguna cosa divertida después de la visita, algo que usted pueda realizar sin importar la manera cómo se haya comportado el niño.

* No utilice las idas al doctor como castigo. "He sido testigo de cómo muchos padres dicen a sus hijos: "Si no te portas bien, te llevaré de vuelta al doctor y te va a poner una inyección". O bien: "Si no dejas de llorar, te llevaré al doctor", informa el Dr. Grimm. Esto solamente hace que los niños tengan más miedo de las visitas al doctor.

* En casa, juegue o represente una ida al doctor y al dentista. Juntos ustedes pueden fingir que escuchan el corazón y los pulmones de su hijo y que examinan sus dientes. Deje que su hijo le haga también un examen. Anime a su hijo para que lleve al doctor su animalito de peluche favorito a su propio chequeo.

* Lean juntos libros. Algunos libros que se sugieren para los niños pequeños son: Los Osos Berenstain Van al Doctor, Elmo Va al Doctor, Madeline, y George el Curioso Va al Hospital.

Intente estos consejos provechosos en el consultorio y después de que se vayan:

* Manténgase en calma y sea positivo. Guarde sus preocupaciones y manténgase bajo control, particularmente si su niño está gravemente enfermo o lesionado. Los niños captan las señales de la manera cómo reaccionan sus padres ante su enfermedad. "He observado a muchos padres que transmiten inconcientemente su angustia a los niños. A veces, los padres transmiten mucho miedo en una situación que de por sí es crítica. Algo de esta comunicación es verbal, y algo no es verbal", concluye el Dr. Benjamin Kligler.

* Converse sobre lo que usted ve en el consultorio. Mire a su alrededor, identifique y comente sobre lo que usted ve. En muchos consultorios de médicos y dentistas usted puede encontrar modelos en tercera dimensión del cuerpo humano y de la boca. El jugar con estos modelos puede ser educativo y calmante, ya que disminuye la ansiedad asociada con la visita.

* Mantenga a los niños cerca de usted. Sostenga a su hijo pequeño en su regazo el máximo tiempo que pueda durante el examen del doctor. Pida que su dentista le asigne un lugar lo más cerca posible de su hijo. (Pero si se puede, que su hijo no le oiga hacer esta petición.)

* Acepte los sentimientos o emociones que embargan a su hijo. Los doctores y los dentistas esperan que los niños se alteren. No se sorprenda entonces ni se avergüence tampoco si su hijo tiene un ataque de llanto o haga una rabieta. No culpe a su hijo ni haga que se avergüence por sentirse de esta manera.

* Pida al doctor o al dentista que explique lo qué va a hacer. Es útil pedir una explicación ANTES DE QUE comience un tratamiento, para que su hijo esté preparado. Además, usted podría preguntarle al médico o al dentista que le haga una demostración del procedimiento por adelantado o que deje que su hijo juegue con un equipo seguro para él.

* Haga algo divertido cuando termine la visita. Una parada en el parque zoológico, un momento juntos leyendo su libro preferido o una ida a tomar un chocolate caliente pueden añadir un final feliz a la visita al doctor o al dentista. Si usted convierte esto en una práctica habitual, puede ser que los niños incluso lleguen a anhelar el acontecimiento futuro -o por lo menos desear lo que viene después.

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